Según declaraciones de diversos directivos y analistas, la inteligencia artificial es, a futuro, una herramienta que permitirá facilitar miles de procesos para una empresa y evitará problemas que no puedan manejarse en la actualidad.
Sin embargo, este alentador panorama para la IA no cuadra en el presente e incluso están ‘desencantados’, como señala Digiday. Para los responsables de marketing, no va a ser una herramienta que actúe a corto plazo, por lo que empiezan a cambiar de apreciación en cuanto a esta herramienta.
Se dice mucho, se hace poco. Todo el mundo habla de ella, es la gran palabra de moda, pero aún no está realmente claro lo que puede hacer.
Los responsables de marketing son escépticos ante el poder de elementos como los bots y las herramientas de IA “en general” y empiezan a asumir que las máquinas no pueden hacerlo todo.
Los datos no aportan. Los directivos están empezando a comprender esto y están asumiendo también que no se trata solo de tener datos sino de prepararlos para la inteligencia artificial (lo que es todavía más complicado).
Genera problemas. Es difícil de encajar la inteligencia artificial dentro de una empresa, pues hay que destinar a un grupo humano que regule el funcionamiento de esta, lo que en un principio será difícil de manejar por la complejidad de esta herramienta.
