8 razones que demuestran la perdida de influencia de Facebook

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Facebook es una de las empresas más exitosas en la historia de los negocios. Su capitalización de mercado sobrepasa hoy el medio billón de dólares. Las acciones son seis veces más rentables hoy que hace cinco años. La imagen general es de crecimiento y riqueza.

Pero la imagen a mediano y largo plazo es muy diferente. De hecho, la plataforma está acumulando enemigos y desafíos a tal velocidad que sus horizontes se han nublado de repente.

Pero aquí hay ocho razones para pensar que, en términos de influencia, Facebook ciertamente ya alcanzó su punto máximo:

  1. Caída en el número de usuarios. En su último reporte de ganancias, Facebook reveló que -por primera vez- el número de usuarios diarios activos en Estados Unidos y Canadá (su mayor mercado) disminuyó. Aunque la caída fue pequeña -184 millones en lugar de 185 millones-, esto es algo importante. Primero porque fue la primera caída, y, además, ésta precedió los cambios anunciados por Mark Zuckerberg con los que se priorizan las interacciones en lugar de las noticias en el muro de la red social.
  2. Caída en el ‘engagement’. Facebook reportó que la cantidad de tiempo que los usuarios pasan en la red social había caído en 50 millones de horas cada día. Esa es una caída enorme. Sugiere que la experiencia de su muro se ha vuelto menos adictiva… y eso también lo hace menos atractivo para los anunciantes que lo financian.
  3. Enemistad de los anunciantes. Hablando de ellos, la mayor vulnerabilidad de Facebook podría ser una retirada masiva de anunciantes. Hace unos días, el director de Marketing de Unilever, Keith Weed, dijo que la confianza del consumidor en las redes sociales se ha desplomado. Amenazó con sacar su dinero no solo de la plataforma, sino también de Google. ¿Qué ocurre si otros grandes anunciantes le siguen?Ya existe una enemistad notable entre algunos anunciantes y grandes firmas de tecnología, sobre el supuesto sigilo de estos últimos respecto a que los usuarios sean el objetivo de los anuncios.
  4. Desinformación y noticias falsas. Justificando su posición, Keith Weed dijo que “la gente está cada vez más preocupada sobre el impacto de lo digital en el bienestar, en la democracia, y en la verdad misma”. Está muy claro que la investigación sobre la supuesta participación de Rusia en la elección de Donald Trump analizará el uso que se hizo de la plataforma. Más aún, Hillary Clinton argumentó el año pasado que Facebook había sido la causa fundamental de su derrota.
  5. Ataques de sus exejecutivos. Otra cosa terrible para la reputación de la compañía son los ataques que llegan de ex altos ejecutivos. Chamath Palihapitaya, ex vicepresidente de crecimiento de usuarios dijo hace unos meses que las herramientas de interacción que habían creado “están destruyendo la forma en que funciona la sociedad. No hay discursos civiles, no hay cooperación”. La razón por la que esto importa no es solo por los malos titulares. Si la reputación de Facebook en Silicon Valley se cae, puede ser una barrera para las adquisiciones (Instagram, WhatsApp, etc.) que pueden promover el crecimiento futuro.
  6. Endurecimiento de la regulación. Tanto en Europa como en Estados Unidos, los reguladores están librando una especie de guerra de desgaste contra Facebook, que podría volverse mucho más explosiva.
  7. Regulación de protección de datos. Las nuevas superpotencias en el mundo de los negocios son un nuevo tipo de gigante de la tecnología que monetiza datos personales. Y con la evolución de la economía de datos viene la evolución de la regulación de datos. La Regulación General de Protección de Datos de la Unión Europea (GDPR, por sus siglas en inglés), entrará en vigor el 25 de mayo y tendrá un impacto masivo en compañías como Facebook, que podrían enfrentar multas enormes por infracciones.
  8. Antagonismo con la industria de noticias. La industria de noticias se ha vuelto contra la red social desde hace un tiempo, particularmente, aunque por supuesto no del todo, debido a la velocidad con la que Facebook y Google engullen los dólares publicitarios. El predominio de estas dos compañías limita la capacidad de los editores tradicionales para ganar dinero en internet y, como tal, podría ser fatal para sus expectativas.
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